EJERCICIO Y ACTIVIDAD FÍSICA

Cada vez que hacemos ejercicio se pone en marcha nuestro metabolismo energético para obtener energía utilizando nuestras reservas de glucosa o de lípidos. A estos procesos se los denominan glucolisis o lipolisis. Cuando el ejercicio físico es aeróbico, más suave o moderado y más prolongado en el tiempo, el organismo utiliza más los lípidos (la grasa) que la glucosa para obtener la energía en forma de ATP. Cuando el ejercicio es anaeróbico, más intenso y corto en el tiempo, el cuerpo quema más glucosa que grasa para realizar el esfuerzo. En cualquier caso siempre que se hace deporte se tonifican los músculos y éstos para sobrevivir necesitan glucosa de calidad. Por lo tanto trabajando el sistema musculoesquelético a través del movimiento reducimos y regulamos los niveles de glucosa en sangre.

Así pues, la actividad física es un hipoglucemiante natural perfecto para prevenir y tratar la diabetes. Y también al quemar grasa nos ayuda a reducir de peso y a eliminar la grasa abdominal causante de tantas patologías.

También podemos utilizar el deporte para gestionar el estrés, eliminar tensiones, desconectar del trabajo, mejorar la circulación sanguínea y linfática protegiendo al corazón, y además prevenir la mayoría de las complicaciones de la diabetes.

La vida sedentaria y la alimentación artificial hacen que se estén multiplicando exponencialmente los casos de diabetes en todo el mundo. Si combinamos el ejercicio físico con una alimentación saludable los beneficios se potencian, mejorando mucho la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.